Una fachada desde el mar A lo largo de la historia la ciudad de Alicante ha sido representada desde el mar. Los griegos llegaron a ella, allá en el siglo VII a.C. y la llamaron Akra Leuké (promontorio blanco). El monte Benacantil se eleva en el horizonte, sirviendo como referencia costera desde alta mar. Es a la vez un perfecto hito en el paisaje marítimo y un poderoso enclave defensivo. Sobre él, se asienta el castillo de Santa Bárbara. El Benacantil se alza así, como el icono de la ciudad. La propuesta para el nuevo Centro de Congresos de la Ciudad de Alicante pretende recuperar este pasado. Una historia marítima, pero sobre todo geológica. Una arquitectura orgánica que representa estas formaciones rocosas, tan importantes para la ciudad, y que fueron claves en su origen y su desarrollo y lo serán también en su futuro. El nuevo Centro de Congresos se posiciona en el borde del mar, ocupando los muelles 7 y 9 del puerto de Alicante. Constituirá uno de los edificios de mayor envergadura en el frente marítimo y su importancia será, no solo económica y cívica, sino también representativa, convirtiéndose en un símbolo de la ciudad.